Ana Botella alaba en su toma de posesión la "ambición" de Gallardón y el "ejemplo" de Aznar

Ana Botella, acompañada por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, a su llegada al pleno extraordinario del Ayuntamiento.
Ana Botella, acompañada por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, a su llegada al pleno extraordinario del Ayuntamiento.
EFE/Ballesteros
Ana Botella, acompañada por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, a su llegada al pleno extraordinario del Ayuntamiento.

Ana Botella, de 58 años, ha jurado este martes su cargo como nueva alcaldesa de Madrid arropada por seis ministros y por su familia.

La nueva regidora, hasta ahora segunda teniente de alcalde y concejala de Medio Ambiente, llega a lo más alto en el Ayuntamiento después de que Alberto Ruiz-Gallardón renunciara al cargo tras ser nombrado ministro de Justicia en el Gobierno de Mariano Rajoy.

Durante su discurso, posterior a la intervención de los miembros de la oposición, alabó la gestión y la "ambición" de su antecesor -"un hombre que piensa en grande"-, así como la figura de su marido, un "ejemplo" para ella. "Deseo continuar el compromiso con los madrileños", explicó, añadiendo que ella misma ha comprobado desde que entró en el consistorio "cuánto progreso se puede generar desde el Ayuntamiento".

Lo primero que anunció es su compromiso con el proyecto olímpico de la capital para el año 2020; lo segundo, una reforma: que los particulares que quieran abrir actividades generadoras de empleo no encontrarán "más intervención administrativa que su mera comunicación". El empleo será una de sus prioridades de Gobierno; por otro lado, aseveró que la disponibilidad presupuestaria será su único "límite" en la gestión del Ayuntamiento.

Contención del gasto

Botella afirmó que el consistorio desarrollará un "plan específico de contención de gasto" y procederá a una "limitiación del gasto corriente"; la austeridad ha sido otro de los pilares de su discurso.

"Ahora que las grandes ambiciones están culminadas", añadió, el Ayuntamiento "se dedirará a la gestión de los servicios básicos" y a trabajar en favor del bienestar de los madrileños. Su equipo, explicó, "avanzará hacia un modelo de gestión más sostenible". Por otra parte, la intención de la nueva alcaldesa es que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) quede redactado durante esta legislatura.

Todo esto, dijo, lo hará de forma coordinada con los gobiernos de la Nación y de la Comunidad de Madrid. Botella ha prometido que gobernará la ciudad con austeridad pero también que lo hará "en primer lugar" pensando en los más desfavorecidos, en los mayores, los desempleados, los que viven solos y los excluidos. "Voy a ser la alcaldesa de todos los madrileños pero, en primer lugar, voy a ser su alcaldesa", garantizó.

Además, aseguró que gobernará la ciudad con "humildad" y "máxima voluntad de dialogo" y reafirmó su "compromiso con el programa de gobierno" que inició Gallardón, puesto que "cambian las personas pero se mantiene el proyecto político".

Mayoría absoluta del pleno

Los 31 votos de los concejales populares en un pleno extraordinario convocado para la ocasión han propiciado la elección de Ana Botella por mayoría absoluta en el salón de plenos del consistorio. El resto de votos quedó de la siguiente manera: Jaime Lizzavetzky (PSOE), 14 votos; Ángel Pérez (IU), 5 votos; David Ortega (UPyD), 5 votos; votos en blanco, 0; votos nulos, 0. Tras la votación, la nueva alcaldesa ha aceptado y jurado su cargo.

Nada más empezar el acto, también juró su cargo como concejala Carmen Rodríguez Flores, en sustitución del ex alcalde Gallardón. Por su parte, Botella, que se colocó en su sitio habitual -el tercer asiento del banco del Gobierno después de la silla vacía de Ruiz-Gallardón y del vicealcalde, Manuel Cobo-, saludó con dos besos a los portavoces de la oposición, que han intervenido tras la votación.

En la tribuna del salón se encontraban el marido de Botella, José María Aznar, y sus hijos. También estaban allí acompañando a la alcaldesa los ministros José Manuel García Margallo (Exteriores), Ana Pastor (Fomento), José Manuel Soria (Industria), Luis de Guindos (Economía), Ana Mato (Sanidad) y Ruiz-Gallardón (Justicia).

Asimismo, se encontraban en la sala la presidenta regional, Esperanza Aguirre; el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala; los presidentes de la FEMP, Juan Ignacio Zoido, y de la FMM, David Pérez; el presidente de CEIM, Arturo Fernández, y los secretarios generales de UGT y CCOO de Madrid, José Ricardo Martínez y Javier López, entre otros.

Secreto a voces

Ana Botella entró en el Ayuntamiento de Madrid en el año 2003 y ha dirigido las Áreas de Empleo y Servicios al Ciudadano, y de Medio Ambiente, además de ser segunda teniente de alcalde. En mayo de este año, cuando fue reelegida como número dos de la candidatura de Ruiz-Gallardón, su ascensión a la Alcaldía de la capital de España era ya un secreto a voces.

Botella tendrá que gestionar un presupuesto de 3.879 millones de euros, algo más de 10,6 millones al día, y se enfrenta a una deuda, acumulada como consecuencia de las grandes inversiones realizadas por su antecesor, que acabará el año en los 6.347 millones de euros. Además tendrá que aplicar un nuevo Plan Económico y Fiscal a cinco años pensado para amortizarla y cumplir los plazos de la ley de morosidad sin subir los impuestos.

Aún con esas limitaciones, tal y como preveía el Gobierno de Ruiz-Gallardón, el nuevo ejecutivo de la ciudad de Madrid puede seguir garantizando los servicios públicos esenciales, en teoría sin tener que recurrir a los recortes sociales a los que apuntan otras administraciones, pero no tendrá demasiado margen de maniobra para afrontar nuevos retos.

Competencias duplicadas

Ana Botella tenía ya en su área de responsabilidad buena parte de las competencias más importantes del Ayuntamiento, como el medio ambiente, el tráfico o la limpieza, y la mayor parte de los grandes contratos del consistorio, vinculados con esas materias. Esos ámbitos de actuación seguirán siendo primordiales.

Tendrá que llevar a cabo un Plan de Calidad del Aire que le permita reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) a los máximos establecidos por la Unión Europea, aunque para ello haya decidido encarecer un 10% el precio de los parquímetros en el centro de la ciudad y mantenerlos en funcionamiento una hora más, hasta las nueve de la noche, todos los días laborables.

Tendrá también que culminar la negociación sobre las competencias duplicadas que Ruiz-Gallardón inició hace unos meses con el Gobierno de la Comunidad, que en parte ya ha dado sus frutos, por ejemplo con el traspaso de toda la responsabilidad y todos los gastos del Metro a la Administración autonómica.

Esta negociación, que aún tiene pendientes importantes flecos, podría ser la piedra de toque de la relación que el Gobierno municipal de Ana Botella mantendrá en adelante con el Gobierno regional de Esperanza Aguirre.

Aunque se supone que la relación entre ambas "lideresas" será mejor que la que mantenían Aguirre y Gallardón, muy a menudo salpicada de desencuentros, ninguna de las dos debe obviar que la tensión entre Sol y Casa de la Villa -ahora Cibeles- ha sido consustancial a la coexistencia de ambas administraciones desde los tiempos de Joaquín Leguina y Enrique Tierno Galván, allá por los años 80.

Nuevo equipo de Gobierno

Botella tendrá también entre sus retos el mantenimiento de la paz social que Ruiz-Gallarón deja en el Ayuntamiento, con un reciente acuerdo con los sindicatos CCOO, UGT y CSIF que regula las condiciones de trabajo para todos los empleados públicos entre 2012 y 2015.

Y todo ello lo tendrá que hacer Ana Botella con un nuevo equipo de gobierno en el que muy probablemente no estará Manuel Cobo ni quizás otros miembros del gabinete de Ruiz-Gallardón como Juan Bravo, Pedro Calvo o Alicia Moreno. A este respecto, la alcaldesa ha guardado silencio y no ha desvelado ningún nombre, ni en el discurso ni al término del acto a preguntas de los periodistas.

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